lunes, 28 de julio de 2008

Basados en ultrasonidos. Construcción y circuito de acondicionamiento

Los ultrasonidos son una radiación mecánica de frecuencia superior a las audibles. Toda radiación, al incidir sobre un objeto, en parte se refleja, en parte se transmite y en parte es absorbida. Si, además, hay un movimiento relativo entre la fuente de radiación y el refractor, se produce un cambio en la frecuencia de la radiación (efecto Doppler).

Las aplicaciones de los ultrasonidos a la medida de magnitudes físicas están normalmente relacionada con la velocidad, su tiempo de propagación y, en algunos casos, con la atenuación o interrupción del haz propagado. Una de las aplicaciones más extendidas son los caudalímetros ultrasónicos, en particular los basados en efecto Doppler. El número de aplicaciones está en continuo aumento. La mayoría emplean cerámica piezoeléctrica o polímetro como generadores y receptores. El efecto Doppler consiste en el cambio de frecuencia que sufre una radiación cuando se refleja en un reflector móvil a la velocidad relativa emisor-reflector. Como reflectores pueden actuar todas las sustancias que tengan una impedancia acústica diferente a la del fluido. Para tener una defección efectiva, el tamaño de los reflectores debe ser superior a un 10% de la longitud de la onda del sonido en el fluido. Las frecuencias empleadas son del orden de 1Mhz, implicando longitudes de ondas de decenas de micras. Para frecuencias superiores, la atenuación de la radiación en el medio sería excesiva.



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